Los riesgos de una dieta crudivegana

Ya hemos publicado un artículo donde explicamos las diferencias entre vegetarianismo, veganismo y crudiveganismo. Si no lo conoces, una lectura rápida te puede dar una idea clara de cómo funcionan estas dietas, tan extendidas hoy en día.

Pero, ¿es realmente una buena decisión adoptar este estilo de vida donde tenemos que evitar todo tipo de proteína animal? Se deben tocar varios puntos para responder esto.

Posiblemente, las dietas crudiveganas son dietas más estrictas en este sentido. Un crudivegano (rawvegans en inglés) solo consume productos vegetales crudos, pero también puede comer alimentos con una ligera cocción que no pase de los 40 °C.

Según se indica, los alimentos cocinados a más temperatura pierden nutrientes, eventualmente puede generar sustancias tóxicas y difíciles de digerir en ciertos alimentos por efecto de temperaturas elevadas.

riesgos del crudivegano

Los problemas del crudiveganismo

Una dieta crudivegana se basa en información poco sustentada científicamente, en algunos casos incluso es contraindicado sugerir una alimentación exclusivamente de productos crudos. Los médicos pueden proponer una dieta vegetariana, pero no una crudivegana en sus prescripciones.

Consumir alimentos crudos reduce las opciones alimenticias enormemente. Además, el crudiveganismo se sustenta sobre conceptos errados sobre alimentación y salud.

Cocinar no destruye nutrientes

Conceptos como, evitar la cocción de alimentos para conservar los nutrientes, no tiene sustento totalmente. Algunos alimentos si deben cocinarse para que las fibras y paredes celulares se rompen más fácilmente. El tomate puede aumentar cinco veces la disponibilidad de antioxidante licopeno al cocinarse adecuadamente, las zanahorias cocidas también otorgan más betacaroteno al organismo que las crudas.

Si, se pueden perder nutrientes durante la cocción, como la vitamina C y B, pero un vegetal puede tener una cantidad importante de nutrientes que la perdida es insignificante. Comer crudo y cocido nos otorga más ventajas que desventajas. Todo exceso es malo, cocinar demasiado también puede ser perjudicial, como la carbonización. Esto puede generar ciertas sustancias cancerígenas, por lo que recomendado es cocinar al vapor o hacer sopas.

La cocción también puede ayudar a reducir la cantidad de compuestos que inhiben la absorción de minerales como el zinc, hierro, calcio y magnesio. La hoja de espinaca contiene mucho hierro, pero solo podemos aprovecharla si estas son cocinadas.

La cocción destruye las enzimas, pero no las necesitamos

Muchos vegetales pierden ciertas enzimas durante la cocción, pero en la práctica no es una perdida relevante, ya que nuestro organismo genera sus propias enzimas.

Muchos compuestos, como las enzimas, se degradan durante la digestión por la acción de los ácidos estomacales, por lo que es poco aprovechado. Los nutrientes se absorben en el intestino delgado, esto se logra gracias a la bilis y otras enzimas pancreáticas que son las que realmente promueven la absorción del alimento durante la digestión.

El crudiveganismo, por lo tanto, no puede sostenerse en este punto por lo ya explicado.

Los alimentos crudos no desintoxican

Es un problema de conceptos. Ya hemos hablado un poco de los alimentos mal llamados détox y el poco sustento científico que tienen.

Los crudiveganos dicen que los alimentos crudos tienen capacidad de desintoxicar, aunque no se menciona como es el mecanismo de desintoxicación y que clase de toxinas se desechan.

El organismo tiene su propio sistema de desintoxicación, estos sirven para eliminar todo tipo de desecho, el cual, si se acumula, podría hacernos daño. Obviamente, hablamos de los sistemas excretores.

Es popular leer sobre desintoxicación de órganos como el hígado o el colón. Lo cierto es que ninguno de estos órganos logra almacenar una cantidad importante de toxinas, todo lo contrario, ellos están ahí porque cumplen una función de eliminar toxinas de todo el organismo.

Lo único verídico de una dieta de jugos y ayunos es la de evitar ingerir más toxinas. A esto le sumamos que, es una dieta alta de líquidos y fibra que ayudan a órganos como el hígado y riñones a efectuar una expulsión más efectiva de estos residuos.

Comer crudo no es suficiente

Se asegura que los alimentos crudos son más saludables. Es cierto a medias.

Comer solo alimentos crudos puede originar una deficiencia de nutrientes que no se hallan en esta clase de productos. Al no cocinar los alimentos puedes estar dejando de ingerir sustancias importantes como la vitamina B12 y D, selenio, zinc, hierro, ácidos grasos, omega-3.

Además, dejar de consumir proteína y grasa animal puede provocar una deficiencia de calorías y proteínas. Claro, existen alternativas vegetales como las nueces y otros frutos, pero puede ser perjudicial consumir en exceso. Cabe recordar también que algunas sustancias son más difíciles de digerir, como el hierro de origen vegetal, en cambio, es mucho más fácil adquirir hierro en la digestión al consumir carne.

Por cierto, una alimentación de este tipo requiere de alimentos que son más costosos que su símil de origen animal, pero eso es un tema económico.

Acéptalo, somos el único animal que cocina sus alimentos

Desde hace mucho, los primeros grupos humanos han cocinado sus alimentos para sobrevivir y no se conoce alguna cultura que haya sobrevivido con una dieta exclusivamente cruda. Nuestro organismo no está adaptado para este tipo de dieta como otro ser vivo herbívoro.

Un niño que se alimente solo de alimentos crudos puede desarrollar problemas neurológicos y de crecimiento debido a la falta de vitamina B12 y otros nutrientes importantes. En cambio, adultos con una dieta con productos animales por más de 20 años, tienen el beneficio de las reservas de nutrientes clave en su cuerpo.

Muchos científicos están de acuerdo en que, la dieta con base en carne y la cocción de alimentos permitió el desarrollo del cerebro. La cocina abrió una nueva gama de nutrientes y calorías que de otra manera no podemos disponer, sobre todo para el cerebro humano que requiere mucha energía.

Referencias


Cita este artículo

Verne, A. (28 de junio del 2022). Los riesgos de una dieta crudivegana. Recuperado de Siliseed, el 04 de diciembre del 2024 : https://siliseed.com/los-riesgos-de-una-dieta-crudiveganas/

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